domingo, 19 de enero de 2014

El error de querer olvidar.


Es cierto que cada momento tiene una canción y varias veces yo misma he afirmado que cada instante es especial, solo hay que encontrar la música adecuada.

Quizá sea que hoy las emociones están a flor de piel, pero escucho la canción y estoy a punto de llorar. Recuerdos enlatados en los versos con melodía que suenan a mi alrededor. Recuerdo tus palabras de aquel mismo instante, aquellas que yo creí para siempre.

Hay momentos en la vida que no cambiaríamos por nada. En mi corta trayectoria de 21 años me llego a arrepentir más de las oportunidades que he dejado pasar que de los momentos con dolorosas consecuencias que he vivido. Son 21, pero he pasados por momentos en los que cualquier opción hubiera resultado viable con fin de olvidar.

Por mucho que me repetí que lo tenía que olvidar, instantes llenos de luz quedan grabados en nuestra retina con luces de neón para que recordemos lo que un día fuimos.

Con las notas de la canción he caído en la nostalgia. Echo de menos los días que entrabas en mi habitación sin llamar a la puerta, las veces que me robabas un beso, cada abrazo mientras me susurrabas al oído tu miedo a perderme, echo de menos cuando me decías que no me ibas a dejar escapar por una tontería mía, cuando me convencías de que si no lo intentábamos nunca íbamos a saber como terminaría, y ahora lo sabemos. Nada ha salido bien. Pero lo que más echo de menos es el hecho de que un día conseguí que todo lo que hacia que llorara cuando me iba a la cama me fuera indiferente.

Aunque pienso que mi mayor error sería olvidar, querer olvidarlo todo, empezar de cero y no volver a pensar en lo que un día me hizo daño y fue doloroso, pues por un instante llegué a ser feliz a tu lado.



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